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jueves, 5 de agosto de 2010
leyendas del salto de tequendama
Leyenda de Bochica y del Tequendama
Durante días y noches llovió tanto en la Sabana de Bacatá que se arruinaron las siembras; nadie volvió a salir de sus bohíos, que también se vinieron al suelo, o se mojaron tanto que lo mismo servía tener techo de palma o no.
El Zipa, quien comandaba todo el imperio Chibcha, y los caciques, que eran como los capitanes o gobernadores de los poblados de la sabana, se reunieron para buscar una solución, pues no sabían qué hacer y el agua seguía cayendo del firmamento en torrentes. Se acordaron entonces de Bochica, un anciano blanco que no era de su tribu y quien había aparecido de repente en un cerro de la sabana.
Alto y de tez colorada, con ojos claros, barba blanca y muy larga que le llegaba hasta la cintura, vestía una túnica también larga, sandalias, y usaba un bastón para apoyarse. Él les había enseñado a sembrar y cultivar en las tierras bajas que quedaban próximas a la sabana; y a orar, y a tener una especie de código para los chibchas. Cuando se iniciaron las lluvias, Bochica estaba visitando el poblado de Sugamuxi, en donde había un templo dedicado al Sol. Los chibchas decidieron llamarlo, porque pensaron que Bochica era un hombre bueno que podría ayudarlos, o todo el imperio perecería a causa de la gigantesca inundación. El anciano dialogó con dificultad con los caciques, pues no dominaba su lengua, pero se hacía entender y le comprendían bastante. Se retiró a un rincón del bohío que tenía por habitación, rezó a su dios, que decía era uno solo. Luego salió y señaló hacia el suroccidente de la sabana.
Cientos de indios organizaron una especie de peregrinación con él. Se detuvieron después de varios días en el sitio exacto en donde la sabana terminaba, pero las aguas se agolpaban furiosas ante un cerco de rocas. Los árboles enormes y la vegetación selvática frenaban el ímpetu del agua. De repente Bochica, con su bastón, miró al cielo y tocó con el palo las imponentes rocas. Ante la sorpresa y admiración de unos y la incredulidad de todos, las rocas se abrieron como si fueran de harina. El agua se volcó por las paredes, formando un hermoso salto de abundante espuma, con rugidos bestiales y dando origen a una catarata de más de 150 metros de altura. La sabana, poco a poco, volvió a su estado normal.
Y allí quedó el "Salto del Tequendama" que une las tierras inferiores a las superiores. Dicen que Bochica, tiempo después, desapareció silenciosamente como había venido
Durante días y noches llovió tanto en la Sabana de Bacatá que se arruinaron las siembras; nadie volvió a salir de sus bohíos, que también se vinieron al suelo, o se mojaron tanto que lo mismo servía tener techo de palma o no.
El Zipa, quien comandaba todo el imperio Chibcha, y los caciques, que eran como los capitanes o gobernadores de los poblados de la sabana, se reunieron para buscar una solución, pues no sabían qué hacer y el agua seguía cayendo del firmamento en torrentes. Se acordaron entonces de Bochica, un anciano blanco que no era de su tribu y quien había aparecido de repente en un cerro de la sabana.
Alto y de tez colorada, con ojos claros, barba blanca y muy larga que le llegaba hasta la cintura, vestía una túnica también larga, sandalias, y usaba un bastón para apoyarse. Él les había enseñado a sembrar y cultivar en las tierras bajas que quedaban próximas a la sabana; y a orar, y a tener una especie de código para los chibchas. Cuando se iniciaron las lluvias, Bochica estaba visitando el poblado de Sugamuxi, en donde había un templo dedicado al Sol. Los chibchas decidieron llamarlo, porque pensaron que Bochica era un hombre bueno que podría ayudarlos, o todo el imperio perecería a causa de la gigantesca inundación. El anciano dialogó con dificultad con los caciques, pues no dominaba su lengua, pero se hacía entender y le comprendían bastante. Se retiró a un rincón del bohío que tenía por habitación, rezó a su dios, que decía era uno solo. Luego salió y señaló hacia el suroccidente de la sabana.
Cientos de indios organizaron una especie de peregrinación con él. Se detuvieron después de varios días en el sitio exacto en donde la sabana terminaba, pero las aguas se agolpaban furiosas ante un cerco de rocas. Los árboles enormes y la vegetación selvática frenaban el ímpetu del agua. De repente Bochica, con su bastón, miró al cielo y tocó con el palo las imponentes rocas. Ante la sorpresa y admiración de unos y la incredulidad de todos, las rocas se abrieron como si fueran de harina. El agua se volcó por las paredes, formando un hermoso salto de abundante espuma, con rugidos bestiales y dando origen a una catarata de más de 150 metros de altura. La sabana, poco a poco, volvió a su estado normal.
Y allí quedó el "Salto del Tequendama" que une las tierras inferiores a las superiores. Dicen que Bochica, tiempo después, desapareció silenciosamente como había venido
viernes, 30 de julio de 2010
ubicacion
A 30 minutos de Bogotá, 22 kilómetros al suroeste de la ciudad, se llega al famoso paraje conocido como Salto de Tequendama. Desde allí se puede apreciar una caída de agua de 15.7 metros de altura a 2467 metros sobre el nivel del mar. Es un sitio visitado por turistas nacionales y extranjeros.
jueves, 29 de julio de 2010
ubicacion
Se halla en una región boscosa de neblina permanente. Administrativamente pertenece al municipio San Antonio del Tequendama.
historia
El Salto del Tequendama es una cascada natural de Colombia, ubicada en la provincia del Tequendama en el Departamento de Cundinamarca. Está ubicada a aproximadamente 30 km al suroeste de Bogotá. Después de hacer un apacible recorrido de más de 100 km por los verdes campos del altiplano cundinamarqués y de la Sabana de Bogotá, el Río Funza o Bogotá cae desde una altura sobre el nivel del mar de 2.467 m aproximadamente 157 m sobre un abismo rocoso de forma circular formando la cascada.
cuidados
1.Sus contaminadas aguas también son usadas para la generación de energía, a través de la planta de El Charquito en cercanías de la población de Santandercito. Hace 50 años la majestuosidad del paisaje había convertido al salto en un centro de atracción turística que ha ido mermando su interés por efecto de la contaminación del Río Bogotá, y de la disminución del caudal, en la actualidad esto causó el cierre del Hotel El Salto, un lujoso hospedaje inaugurado en 1928 y conocido por su arquitectura, cuya estructura abandonada se encuentra contigua a la caída de agua.
2.evita la contaminacion del agua haciendo capañas alucivas a esto
3.evita arojar desechos a estas aguas..
El Salto de Tequendama una Mamaravilla
por que es una maravilla colombiana por su maravilla natural, sin embargo su caida es un gran recurso de energia su caida de agua de 157m , situado a unos 30k dwe bogota un recurso turistico por ecelenxia de la ciudad. no hace mucho tiempo en el salto de tequendama se reunian los grandes funcionarios q tenian el poder politico.por eso es una maravilla colombiana!
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